Por, Anyi Casteblanco
El mercado del agua embotellada se ha convertido en una parte integral de la vida cotidiana en Bogotá, incluso cuando la ciudad dispone de acceso a agua de calidad gestionada de manera pública y comunitaria. En este artículo, exploraremos las implicaciones de este fenómeno, destacando las dimensiones políticas, sociales y ambientales que rodean la presencia y expansión del mercado de agua embotellada en la capital colombiana.
La concepción del agua como una mercancía ha generado un fenómeno global que ha transformado su uso y acceso en términos de oferta y demanda. En este mercado mundial del agua, la calidad, distribución y cantidad del recurso se subordinan a cuánto se puede vender. Bajo esta lógica, el agua embotellada se presenta como una solución conveniente para el acceso al agua potable, pero esto ignora los impactos profundos que este mercado ejerce en los territorios.
El Agua Embotellada en el Mercado Global del Agua
El agua embotellada se ha insertado en un mercado mundial del agua que funciona con base a la lógica de oferta y demanda. Sin embargo, esto no aborda las causas subyacentes del deterioro de las fuentes hídricas. En lugar de ello, la mercantilización condiciona la calidad, la distribución y la cantidad del agua a la capacidad de venta. El agua embotellada, así, se presenta como una opción de fácil acceso. Esta percepción pasa por alto los impactos de este mercado en los territorios y las comunidades. Incluso, en ciudades con crisis de acceso a agua, como Montevideo, al agua embotellada se le han reducido los impuestos para atender la demanda de acceso a agua limpia, desconociendo las causas estructurales como el consumo excesivo de agua de la agroindustria y los impactos al ambiente que deja el impulso de esta falsa solución a la crisis.
Un Análisis Desde la Ecología Política
En la investigación “Aguas embotelladas: metabolismo social, discursos y desigualdades asociadas al agua en Bogotá, Colombia”, se adopta una perspectiva de ecología política para analizar cómo las embotelladoras de agua han influido en la percepción, el consumo y la gestión del agua en Bogotá. A continuación, se exponen algunos de los resultados:
El Paradigma Mercantilizador y la Visión Neoliberal del Agua
El mercado del agua embotellada se ha beneficiado de la visión neoliberal del agua como un recurso sujeto a las leyes del mercado. Este paradigma ha provocado un cambio en los hábitos de consumo en la población, justificado por discursos de seguridad hídrica y escasez de agua. Sin embargo, este enfoque global ha permeado las prácticas locales, debilitando la soberanía sobre el agua y favoreciendo intereses corporativos en lugar de los derechos de la población
El Agua Embotellada como Producto del Imperio Alimentario
El agua embotellada se ha convertido en una mercancía más dentro del imperio alimentario, presentándose como una solución a la seguridad alimentaria. A pesar de que en algunas áreas remotas el agua embotellada puede ser una opción razonable, en Bogotá, la publicidad y la laxitud normativa han llevado a una competencia entre el agua de grifo y el mercado del agua embotellada. Esto ha llevado a que algunos sectores de la población desconfíen del agua de grifo e inviertan parte de sus ingresos en aguas embotelladas.
Normatividad y Privatización del Agua
La regulación del agua embotellada en Colombia recae en la institucionalidad responsable de la alimentación, lo que no garantiza la gestión adecuada de este bien común. Esto ha permitido que empresas como Agua Siembra puedan comercializar agua sin concesiones, lo que refleja la lógica privatizadora del agua y la falta de consideración por las necesidades reales de acceso al agua limpia sin dañar el entorno.
Impactos en el Metabolismo Social
La mercantilización del agua ha llevado a la imposición de estructuras territoriales que favorecen las ganancias empresariales a expensas de la naturaleza. En esta vía, los páramos se han convertido en «fábricas de agua» para el consumo humano, mientras que otros territorios se utilizan como vertederos de residuos, como el botadero de basura “Doña Juana”; además las aguas contaminadas son vertidas en quebradas y fuentes sacrificadas a nombre de la “higiene”.
Competencia y Desvalorización del Agua Pública y Comunitaria
El mercado del agua embotellada ha generado competencia en las fuentes de agua, afectando los ecosistemas locales. Por ejemplo, en zonas rurales, marcas de agua como Manantial y Siembra han dañado ecosistemas protegidos, mientras que, en áreas urbanas, empresas como Postobón consumen grandes cantidades de agua y energía, generando basura y aguas residuales en el proceso de envasado, transporte y consumo. La publicidad, además, ha desempeñado un papel fundamental al promover el agua embotellada como una experiencia de lujo y sostenible, lo que ha transformado la relación de las personas con el agua, pues creen que el reciclaje o los empaques “ecológicos” y las latas son respetuosos del ambiente, sin evidenciar los impactos que genera este mercado en la generación de residuos.
Desafíos y Perspectivas Futuras
Es necesario apuntar a la transformación de la vida cotidiana para dejar de depender del mercado del agua embotellada. Esto requerirá un esfuerzo colectivo y una mayor concienciación sobre los problemas subyacentes. De ahí que, el reto para la próxima alcaldía y los concejales de Bogotá es apuntar a normas que potencien la gestión pública y comunitaria del agua en la ciudad, y que posibiliten regular el mercado del agua en la ciudad.
No se puede negar que el mercado del agua embotellada en Bogotá representa un fenómeno complejo con múltiples implicaciones para la sociedad y el ambiente. Es esencial seguir la concienciación sobre los impactos de la mercantilización del agua en la vida cotidiana. La lucha por el acceso equitativo al agua de calidad debe ser una prioridad en la agenda de la ciudad y del país en su conjunto.


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