EL FALSO VERDE SE CONVIERTE EN TRANSPARENTE

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Por : Astrid Milena Bernal R °

Greenpeace Australia, representados por Environmental Defenders Office (EDO)- Australia, han demandado al gigante corporativo Woodside, la mayor empresa dedicada a la exploración y producción de petróleo y gas en Australia. En términos simples los demandantes basan sus argumentos en la información engañosa que Woodside ha presentado al público y a sus inversionistas.

El caso adquiere importancia a puertas del cierre de la COP28 donde quedó claro que el camino a transitar a fuentes de energía no fósiles costará más de lo que podemos imaginar (no solo financieramente hablando) y que hoy más que nunca debemos elevar nuestras voces. Ya hay muchos y muy buenos e interesantes análisis sobre la COP y tal vez podremos dedicar otro blog para hablar al respecto, pero quiero dedicar este a hacer eco y reflexionar sobre el caso de Woodside en particular y el llamado de miles de científicos a reforzar nuestro activismo ciudadano, académico, y político como una forma de motivar cambios en el abstracto mundo corporativo. Lo llamo así, un abstracto mundo corporativo, porque a pesar de que mucho se ha explorado sobre él, la complejidad de las leyes que lo rigen parece (hasta el momento) ser inquebrantables.

Para empezar, me gustaría brevemente mencionar que en el mundo corporativo dominante (el de las grandes corporaciones) existe un propósito común y claramente establecido, asegurar y aumentar el valor financiero de la corporación y el retorno de capital a sus inversionistas. Son estos últimos quienes bajo una estructura adecuada e ideal de gobernanza corporativa deben decidir cuál es el camino más seguro para mantener una rentabilidad a largo plazo. Por supuesto, y como mencionaba esto se rige por diferentes leyes dependiendo del país donde se encuentre constituida la corporación además de las demás leyes que deben atender dependiendo del sector económico bajo el que operen.

Dada la importancia que cada día gana la necesidad de actuar rápidamente para evitar la catástrofe climática advertida por la ciencia, millones de ciudadanos en el mundo se movilizan y exigen acción gubernamental y corporativo. Esto, por supuesto ha despertado la atención de muchos inversionistas en el mundo, motivados no solo por peticiones por parte de personas individuales, ONGs, activistas, reguladores, litigantes e incluso altas cortes en diferentes partes del mundo. De hecho, los “inversionistas-accionistas” ha sido una de las estrategias utilizadas por poderosas ONGs y activistas en el mundo quienes mediante la compra de acciones corporativas han podido entrar a hacer parte de grandes corporaciones a fin de influenciar su comportamiento (aunque no tenemos 100% certeza de su interés quiero ser positiva).

Ahora bien, ¿por qué la demanda presentada por Woodside adquiere tanta importancia?, primero se trata de un caso ejemplar de lo que formalmente constituye lavado verde. Pero además y en mi opinión, existe un punto clave, tanto Australia como Estados Unidos son los países que albergan muchas de las grandes corporaciones petroleras y de carbón en el mundo, tienen filiales en muchos países latinoamericanos y por lo tanto cierto grado de responsabilidad sobre las mismas. La demanda contra Woodside viene precedida por una demanda presentada hace algunos meses en Estados Unidos contra ExxonMobil, Chevron, Shell, BP y otros, y podría abrir un amplio camino a nuevas oportunidades jurídicas de transformar el propósito corporativo e influenciar su accionar. Aunque no se trata de la primera demanda que basa sus argumentos en la información engañosa acerca del nivel de emisiones que sus actividades generan para atraer inversión, es una muestra importante de la influencia que puede tener la legislación climática y el activismo en las decisiones corporativas. ¿Porqué? Porque las reglas corporativas son claras, el proposito corporativo por muchos años ha sido el de asegurar el mandato de sus inversores para procurar la mejor inversion en respuesta al objetivo de la corporación.   

De hecho, si consideramos que muchos de los inversionistas están siendo más conscientes del mismo riesgo que el cambio climático representa para sus finanzas podremos deducir porqué querrían invertir en una corporación cuyo aporte al cambio climático sea menor. Existen muchos riesgos que se observan bajo este análisis y no los abordaré acá, sin embargo, quiero centrarme en que bajo el escenario actual que se extiende con las demandas mencionadas, la transparencia parece extenderse a ámbitos que han estado siempre protegidos por reglas financieras y de competencia. Es entonces posible que la influencia que puede tener estos casos en la regulación corporativa será sin duda clave para el futuro de la descarbonización en el mundo.

Ahora bien, esto sin duda, nos hace mover la mirada hacia Latinoamérica, ¿es probable acaso que esto esté ocurriendo en nuestros países? ¡Seguramente si! ¿Están nuestras empresas (públicas y privadas) siendo realmente transparentes acerca de su accionar, con el público y con sus inversionistas? ¿Están las corporaciones y multinacionales divulgando adecuadamente el nivel de emisiones que generan con las actividades extractivas más allá de sus fronteras? Estas miradas, se expanden hoy en día con nuevas opiniones legales de expertos en el mundo que incluso advierten el riesgo corporativo y de “doble vía” (corporativo y al ambiente/comunidades) por el hecho de presentar información engañosa donde no solo las emisiones deben ser consideradas, pero también el impacto a la naturaleza y la biodiversidad. De hecho, los estándares ASG (o ESG en inglés) que nacen de la iniciativa corporativa aún son vagos en muchas de sus definiciones y existen altos riesgos de que incentiven no sólo el lavado verde sino también la falta de gobernanza en diferentes sectores.

Solo quiero reiterar la idea de que debemos seguir actuando, ninguna solución será mágica por lo que debemos seguir expandiendo nuestra curiosidad, cuestionándonos y cuestionando aquello que nos divide, hace 8 décadas no se habría pensado llevar una corporación ante una corte por impactar el planeta. Nuevos caminos siempre son posibles si actuamos en unidad.

° Milena es Abogada ambiental colombiana adelanta un doctorado en derecho en la universidad de Melbourne estudiando los deberes corporativos en Australia y Estados Unidos para promover la transición energética con un enfoque basado en los derechos.

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